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Rata

Abandonó el barco como una rata. Sabía que nos íbamos a pique. Evitaba el naufragio. El agua. La lluvia de mis lágrimas. No me di cuenta hasta que se fue, él era quien nos hundía porque hemos vuelto a navegar en paz.

Comentarios

Asun ha dicho que…
Hola, te vi en Esta noche te cuento,y he venido a visitarte.
Tu relato tan real como la vida, casi siempre nuestros barcos se hunden por nuestra causa, no hacen falta tormentas ajenas.
Besos
Miquita ha dicho que…
Querida Asun, siempre te veo y leo en ENTC y ya siento que somos como vecinas! gracias por pasar. Un abrazo.
Javier Ximens ha dicho que…
Hola, Miquita. Estoy despistado, ¿eres Micaela y te conocí en Cabezón de la Sal? No encuentro tu relato en Esta noche te cuento, así que te comento tu Rata. Efectivamente, muchas veces las pestes se instalan en los hogares por culpa de uno. Por otro lado, si me permites algún consejito: Quizás sobre ese "Es que", así como evita la repetición tan próxima de "barco". Espero que no te moleste. Muchas gracias por comentarme en ENTC.
Miquita ha dicho que…
Ximens, que honor es que estés acá. La próxima te invito a tomar unos mates! Muy agradecida por tu consejo literario.
No estuve nunca en Cabezón de la Sal, pero me encantaría! soy Micaela , aunque no la que tu crees.
Besos.
Miquita ha dicho que…
Ximens, otra cosa. Estuve leyendo tu blog y recordé que gracias a vos llegué a ENTC. Leía el blog de Sandra M y ella me llevó a vos... una larga y hermosa cadena.
Javier Ximens ha dicho que…
Jeje, todos los caminos llevan a los Montes de Toledo (esto me lo acabo de inventar). Pero ¿participas en ENTC? Respecto a Sandra M. debió cerrar el blog pues no me deja entrar en él.
Un abrazo desde Madrid.
Miquita ha dicho que…
Sii, Sandra ya no tiene ese blog. Me gustaba mucho.
Participo a menudo en ENTC. Este mes me dediqué solo a leer. Pero veré si me animo a publicar algo. Besos!!
JM Sánchez ha dicho que…
la física es inapelable: si flota mejor sin sobrecarga, es que la sobrecarga sobraba.
Un saludo, espero leerte más.
JM
Miquita ha dicho que…
Qué lindo que estés por estos lados estimadísimo Juan.

Hay que saber detectar sobre carga a tiempo y tirarse del barco en caso de ser necesario. Un abrazo!

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Cerradura

Tengo una pasión irrefrenable y créanme que me da mucha vergüenza hablar de esto. Algunos me tildarán de fisgona, de impertinente y hasta de enferma... me gusta ver a la gente a través de las cerraduras. No me importa mirarlas desde una ventana, desde una terraza. El hecho no es tan simple como querer verlas sin que ellos lo perciban. Mi vicio, mi fervor es la escultura que despeja la silueta de la cerradura sobre la vida, la gente... es el recorte de intimidad que se presenta ante mis ojos, la selección fortuita de los hechos. Todavía lo recuerdo. Recién llegaba de la clínica. Elsa, esa mujer que ahora tiene nombre y el título Madre, me llevaba en sus brazos mirándome con una leve sonrisa y un gesto que aún no comprendo. Me puso en un moisés de mimbre blanco y cerró la puerta. De repente me encontré sola en una habitación demasiado aireada para mi piel acostumbrada a nadar hasta ese momento. Empecé a experimentar el mundo de afuera, a conocer los olores de esa casa

Verde te quiero verde

Cuando de elegir se trata prefiero los hombres verdes. Son tan elegantes y frescos. Tan fuertes y salvajes. Tal vez sea porque una vez me enamoré perdidamente de uno. Fue el primero. Diría que casi el único. Y viste cómo es esto del amor. Deja marcas. Ahora viajo por la galaxia y al primer hombre que miro es al verde. Automáticamente llama mi atención aunque vaya acompañado de un hombre azul que es el color más codiciado. Dicen que el mito del atractivo de los hombres azules quedó porque hace miles de años existía una leyenda de un tal “príncipe azul” que vendría a ser como el robot que tiene la Sra de Tranmsila. El príncipe azul era un hombre de la era planetaria, con dos brazos y una cabeza. Era altísimo, aunque muy estrecho. En esa época sólo había hombres blancos, negros y ocres… dicen que se mezclaban y salían hijos tornasolados. -¡Se mezclaban! Si, no eran hermafroditas. Vos no estudiaste nada me parece. Bueno, la cosa es que eran muy feos. Igual hacían concursos de bellez
te encuentro vida a la vuelta del mantel lleno de migas, al costado del sol de la siesta, en el sur donde crecí, en los árboles que se asfixian pintados de blanco, creyéndose novias puras, que con su vestido esperan sobre la vereda que al año siguiente vuelva el pintor de la municipalidad y les acaricie la corteza. te encuentro amigo cuando menos lo pienso, compartiendo el estudio, los sueños, las ganas de hacer algo productivo con esta existencia, para nosotros y para lo otros. cuando me entrego, cuando dejo lo que no uso, cuando uso lo que necesito y doy y no me aferro y no me lamento. en verdad todo eso queda… y ustedes van, siempre van a alguna parte y no quiero perderlos.