Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2020

Orejas

Lo busqué por sus orejas pegadas y sin lóbulos como las mías. Siempre supe que el amor de mi vida no tendría lóbulos. Lo soñé, no recordaba su nombre. Sabía que su altura podría haber cambiado, como su pelo… pero tenía la certeza de que sus orejas no tendrían separación con la cabeza. Serían casi una extremidad del cráneo. Se hizo esperar pero tuve la certeza en cuanto lo vi entrar con su chaqueta gris y su andar desgarbado. Ese andar que no le pone condiciones al tiempo, que se adapta y disfruta el momento. Enseguida me vio entre la multitud. Estaba sentada comiendo chizitos, le hice un lugar para que entre más cómodo al lado mío. Le compartí los chizitos y tomamos cerveza, bailamos y conversamos como si no hubiese pasado el tiempo. ¿Aún me reconocés? Me dijo. ¡Claro! Reconozco tus orejas, que es lo único que no cambió después de 70 años sin vernos.