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Volver a empezar


Lo recuerdo pequeño y sonriente. Era un gran contador de historias, nos reunía a su alrededor y relataba sus andanzas. Le gustaban las moralejas, por eso siempre se las arreglaba para que las historias dejen lecciones. El quería que este mundo mejore y nos veía como semillas del cambio.

Don Felipe Alberto Suárez fue un inmigrante español que llegó a la Argentina convencido de que haría la américa. No se hizo rico, pero conquistó el corazón de Luisina García. En ese instante las ruedas del destino comenzaron a girar. Le dieron a la patria ocho personitas que siguieron con la cadena del amor y algunos desamores. Hoy somos multitud.

Y aquí estoy yo, Sofía Suárez, bisnieta número 30. Soy esa, la de los ojos gigantes y la sonrisa obligada. Tenía 13 años. Los otros son mis primos y tíos. Ese día mi bisabuela cumplía 100 años.

Me llevo esta foto en un viaje incierto a la tierra de mi bisabuelo para buscar cobijo. Las cosas acá están mal. Perdí el trabajo y han desaparecido a varios amigos. Perdí mi voz. Una mano tenebrosa pretende frenar las ruedas del destino y este niño debe nacer, tiene que crecer libre.

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te encuentro vida a la vuelta del mantel lleno de migas, al costado del sol de la siesta, en el sur donde crecí, en los árboles que se asfixian pintados de blanco, creyéndose novias puras, que con su vestido esperan sobre la vereda que al año siguiente vuelva el pintor de la municipalidad y les acaricie la corteza. te encuentro amigo cuando menos lo pienso, compartiendo el estudio, los sueños, las ganas de hacer algo productivo con esta existencia, para nosotros y para lo otros. cuando me entrego, cuando dejo lo que no uso, cuando uso lo que necesito y doy y no me aferro y no me lamento. en verdad todo eso queda… y ustedes van, siempre van a alguna parte y no quiero perderlos.